miércoles, 10 de enero de 2018

Terremoto

Resumen tomado del articulo escrito por David Stuart en 2001 publicado en www.mesoweb.com

El Templo XVIII de Palenque alguna vez estuvo adornado con una notable inscripción en estuco, ubicada originalmente en el muro trasero del santuario interior del templo, pero que en la actualidad se ha caído por completo. Blom y LaFarge (1926-1927) registraron algunos glifos del texto que en la década de 1920 aún se hallaban adheridos a dicho muro; no obstante, poco tiempo después ya no quedaba nada. Sin embargo, la inscripción no se perdió del todo. Blom y, posteriormente, Ruz (1958) recuperaron muchos de los glifos de estuco en el curso de las excavaciones que realizaron justo al pie del muro. Varios epigrafistas (Schele y Mathews 1979) han estudiado la inscripción, siendo la investigación más completa la de Ringle (1993). En esta nota, me gustaría concentrarme tan sólo en un jeroglífico que probablemente debió leerse yuk-(u)l-aj kab, “la tierra se sacudió” y proponer que se trata del registro único de un terremoto hecho por los mayas del período precolombino.
Al glifo (Figura 1) se le asignó el nº 439 en el catálogo que hicieron Schele y Mathews (1979) del contenido de la bodega de Palenque y está formado por los signos yu-ku-la-ja KAB-?. Falta el elemento final (si es que, de hecho, hubo un sufijo), pero éste ocupó un pequeño espacio después del logograma KAB, escrito en este caso en su forma personificada.


Al buscar una raíz verbal yuk entre las lenguas de la familia cholana, encontramos lo siguiente:
En protomaya (Kaufman y Norman 1984):
   *yuk, temblar
En yucateco colonial (Martínez Hernández 1929):
    *yukba, temblar la tierra, y temblor o terremoto
En proto ch’olano (Kaufman y Norman 1984):
    *yuhk, sacudir (raíz pasiva)
En ch’ol (de Tumbalá) (Aulie y Aulie 1978):
    *yujcun, sacudir (planta, árbol)
    *yujquel, temblor

En ch’ortí (Wisdom 1950):
    *yuki, sacudir algo
    *yuhk, sacudida o temblor, espasmo, convulsión
    *yuhku bah, espasmo o convulsión del cuerpo, convulsión general
    *yuhkrem, sacudimiento, bamboleo
    *yuhkremah, mecerse hacia delante y hacia atrás, bambolearse
    *yuhku, sacudir algo, mecer algo hacia adelante y hacia atrás
    *yuhkur, sacudimiento, temblor, ondeo, convulsión

El glifo de Palenque, entonces, parecería haberse leído yuk(u)l-aj kab y resulta razonable traducir esta expresión como “la tierra es sacudida,” en clara referencia a un terremoto (nótese la expresión yucateca colonial yukba, “terremoto,” y la expresión en ch’ol yujquel, “temblor”). Por desgracia, debido al desorden completo de la inscripción del Templo XVIII, carecemos de una fecha asociada a este interesante verbo y, por lo tanto, no podemos ubicar este episodio en el marco más amplio de la historia de Palenque.

Como muchos saben, Palenque se encuentra en una zona geológica que aún ahora sigue siendo sísmicamente activa. Tres placas tectónicas (la norteamericana, la del Caribe y la llamada Cocos) convergen en el sureste mesoamericano cerca de Chiapas y sus movimientos en relación unas con otras han dado forma al terreno montañoso en el transcurso de muchos millones de años.

Seguramente, los terremotos fueran comunes asimismo durante el período Clásico. Si el desciframiento que aquí propongo es correcto, nos recordaría que los terremotos fueron eventos dignos de registrarse durante el período Clásico y que debieron afectar la historia en formas que no pueden detectarse de ninguna otra manera en los recuentos dinásticos comunes. Los temblores violentos han dejado una clara huella en el registro arqueológico y quizás el mejor ejemplo que proviene del área maya es la derruida Escalinata Jeroglífica de Copán (Gordon 1902), estado que adquirió muy probablemente como resultado de un fuerte terremoto. Por lo tanto, nos resulta fácil imaginar que pudiera haber sido un temblor el que contribuyera a la destrucción del hermoso texto del Templo XVIII, con todo y su jeroglífico de “terremoto.”

martes, 2 de enero de 2018

Xkuy, un señorío maya perdido

Desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, la exploración arqueológica ha constituido una de las mayores pasiones que ha dado lugar a un cumulo de innumerables hallazgos que no dejan de sorprendernos constantemente. Exploradores como John Lloyd Stephens, Frederick Catherwood, Teobert  Maler, Alfred Percibal Maudslay  y Sylvanus Morley se abrieron paso entre las inhóspitas selvas de México, Guatemala y Honduras, para revelarle al mundo mediante sus relatos, dibujos y  fotografías  los secretos de un pasado casi desconocido, los cuales lejos de ofrecernos respuestas, nos sumergen en un mar infinito de interrogantes.

Hoy en pleno siglo XXI, ya con la ayuda de modernas y numerosas herramientas tecnológicas, la exploración a lomo de mula con pesados equipos parece pertenecer al blanco y negro del pasado, sin embargo muchos son los secretos que aún se ocultan y se resisten a la tecnología de nuestro tiempo, siendo quizás necesario apelar al coraje y a las habilidades de los exploradores  de antaño para seguir intentando escribir  la historia.


Uno de esos misterios todavía se esconde en algún lugar de entre las entrañas de la sierra de Merendon y la vega del Rio Motagua, un sitio al cual solo conocemos por referencias escritas en vasijas  y monumentos tardíos de Copan y de Quirigua, el señorío maya de Xkuy Wak Mihnal, cuya primera mención aparece en un vaso cilíndrico proveniente del sitio de Las Sepulturas, concretamente la estructura 9N-82  y que describe su posible destrucción en el año 718 DC por medio de una quema o incendio perpetuado por el Gobernante 13 de Copan Waxaklajuun U’baah K’awiil conocido popularmente como 18 Conejos, un hecho muy interesante tomando en cuenta que el Gobernante 13 de Copan fue capturado y decapitado por su antiguo vasallo el gobernante de Quirigua K’ahk Tiliw Chan Yopaat en el año 738 DC, siendo este mismo personaje, según la Estela E de Quirigua,  el que supervisa la toma de un objeto, posiblemente un trono ceremonial, por parte de un señor de Xkuy, llamado K’in Tiliw B’ahlam en el año 762 DC, quizás en el marco de una alianza política que se consolido a partir del año 738 DC con la muerte de Waxaklajuun U’baah K’awiil, y donde el gobernante de Xkuy colabora con Quirigua, a lo mejor como venganza por la quema de su señorío ocurrida hacia algunos años atrás. La estela E de Quirigua vuelve a mencionar a K’in Tiliw B’ahlam, señor de Xkuy, esta vez como testigo de una ceremonia de fin de periodo ocurrida en 771 DC y oficiada por su aliado K’ahk Tiliw Chan Yopaat, quien habría de morir en 785 DC y donde según los textos del Zomorfo G de Quirigua, K’in Tiliw B’ahlam fue testigo de sus ceremonias fúnebres junto a otros señores.


La ultima mención del señorío de Xkuy proviene del Altar O de Quirigua, en un contexto no muy claro, donde se describe la posible profanación de las imágenes sacras de Xkuy en el año 786 DC a manos del sucesor de K’ahk Tiliw Chan Yopaat , quien ya había fallecido hacia un año atrás, poniendo esto quizás fin a la alianza política que los había mantenido unidos desde el año 738 DC con la muerte del Gobernante 13 de Copan.


La ubicación geográfica de Xkuy sigue siendo un misterio hasta el día de hoy, no obstante algunos arqueólogos, como Marcello Canutto y Ellen Bell, han propuesto el sitio arqueológico de  “El Paraiso”  en el departamento de Copan como posible emplazamiento de esta entidad del periodo clásico. Debido a que tanto Copan como Quirigua mencionan  a Xkuy Wak Mihnal en sus textos,  se plantea entonces la hipótesis de un sitio lo suficientemente grande como para merecerse su propio glifo emblema, además de estar ubicado cerca de ambos lugares, un planteamiento bastante sugestivo, dado que El Paraíso se encuentra situado a tan sólo 27 km al noreste de Copan, 30 km al sur de Quirigua, y a 20 km al oeste del río Chamelecón, siendo la intersección entre los dos centros mayas más grandes de la periferia sudeste, y proveyendo también acceso al área no maya del centro de Honduras.







Finalmente  El Paraíso puede que se haya establecido en el siglo VII DC como un enclave copaneco, o al menos una población afiliada estrechamente con Copan, Quizas para reforzar una presencia de este sitio en la región, de forma curiosa la influencia de Copan en la región disminuyó después de la derrota de Waxaklajun U'baah K’awiil por K’ahk  Tiliw Chan Yopaat en el año 738 DC, quizás como consecuencia de la nueva alianza política entre Xkuy y Quirigua.





Fuente
Bell, E. E., M. A. Canuto y H. J. Ramos
2000 El Paraíso: Punto embocadero de la periferia sudeste Maya. Yaxkin 19:41-75.

Looper, Matthew
2007 The History of Xkuy, an Unidentified Southeastern Center


martes, 26 de diciembre de 2017

Los dioses patronos de Copán

Sin lugar a dudas el culto a ciertas deidades  de carácter local en  algunos señoríos mayas del periodo clásico fue una característica que enriqueció su ya más que nutrido y complejo oficio religioso,  dichas prácticas vinieron a legitimar el poder “divino” de los gobernantes ante sus súbditos, siendo los dioses testigos fieles de sus ceremonias y en muchos casos también personificándose con sus atributos sobrehumanos al utilizar parte de su parafernalia ritual.

Numerosas son las referencias de estos cultos en las inscripciones de sitios como Palenque, Caracol, Tikal y por supuesto Copan, este último, haciendo hincapié de la presencia de por lo menos cinco deidades, todas mencionadas en la banca jeroglífica del templo 21A de la acrópolis copaneca bajo los nombres de Mo’ Witz Ajaw, Tukun Witz Ajaw, Chan Te’Ajaw, K’uy Nik Ajaw, B’olon K’awiil, siendo los más prominentes los últimos tres, cuyos registro también se evidencian en la estela I del 12vo gobernante de Copán y en las estelas F y D del décimo tercer gobernante  Waxaklajuun U’baah K’awiil  popularmente conocido como “18 Conejo”, donde se personifica así mismo con sus atributos, volviendo a mencionarles en la banca jeroglífica del templo 22 donde de manera clara y explícita los reclama como sus dioses personales, un hecho que no deja de llamar la atención dado un texto enigmático proveniente de la estela I de Quirigua del año 800, donde deja entrever la captura y profanación de los dioses del  Gobernante 13 de Copán, Chan Te’ Ajaw y K’uy “Nik” Ajaw, seis días antes de la muerte por decapitación de este personaje en la “aguada oscura del sueño” de Quirigua el 1 de mayo de 738 dc a manos de su antiguo vasallo K’ahk’ Tiliw Chan Yopaat, siendo esto quizás una evidencia del inicio del conflicto que desembocó en la captura y sacrificio de Waxaklajuun U’baah K’awiil  en las riberas del Rio Motagua y donde posiblemente se vio también  involucrado  el gobernante Wamaw K’awiil de Calakmul.

Finalmente estos dioses son retratados en la banca del templo 11 de Copán, en compañía de algunos gobernantes del pasado copaneco y otros personajes desconocidos, por el ultimo monarca de Copan Yax Pasaj Chan Yopaat, quizás buscando legitimar su ascensión al trono en 763 dc invocando la presencia de algunos de sus antecesores  y por supuesto de las otroras deidades patronas de Copán.

 


Fuente:
Garay,  Alejandro
2017 “La carga del K'uhul Ajaw: legitimidad y gobierno en el reinado de Waxaklajuun Ub'aah K'awiil de Copán (695-738 d.C.)”“La carga del K'uhul Ajaw: legitimidad y gobierno en el reinado de Waxaklajuun Ub'aah K'awiil de Copán (695-738 d.C.)”
 Gutiérrez, María Eugenia
2012 “Enigmas de la guerra entre Copan y Quirigua”
Revista electrónica del CEIC M
Centro de Estudios Interdisciplinarios de las Culturas Mesoamericanas, A.C.

sábado, 23 de diciembre de 2017

18 Conejos en el templo 26 de Copan

Dentro de este templo había una inscripción jeroglífica única que emparejaba glifos en un estilo teotihuacano con glifos mayas tradicionales para dar el efecto de un texto bilingüe. Aquí, por ejemplo, vemos el nombre del gobernante de Copán Waxaklajuun Ub'aah K'awiil. El glifo de Teotihuacán en la parte superior izquierda tiene los puntos y las barras del número 18 emparejados con una figura "Tlaloc" con anteojeras, mientras que el glifo adyacente a la derecha tiene una forma estándar maya en varainte de cabeza del número dieciocho (waxaklajuun). Debajo de esto, el glifo maya en la parte inferior derecha tiene una guatuza (b'aah) y al Dios K (k'awiil). El glifo en la parte inferior izquierda, en lo que David Stuart ha llamado una "fuente" teotihuacana, representa al Dios K mostrando el humo habitual del hacha en la frente de esa deidad que emana de otro dios tormentoso de Teotihuacan.

El escultor de 18 Conejos

Sin lugar a dudas las estelas del Gobernante 13 de Copan, representan uno de los trabajos en escultura mas finos y detallados del periodo clásico, sobresaliendo entre los monumentos de otros sitios por sus delicados trazos en alto relieve casi exclusivos en toda la zona maya. Citando el trabajo de tesis de Alejandro J. Garay Herrera, nos menciona la posibilidad de que el Gobernante 13 de Copan, Waxaklajuun U'baah K'awiil popularmente conocido como 18 Conejos, ofreció un ritual de esparcimiento de incienso durante las celebraciones del 9.15.0.0.0 ( 731 DC)
"Señalando que dicho gobernante estuvo acompañado por alguien durante las ceremonias que se realizaron para conmemorar esa fecha. El personaje asociado con él es su anab’(il) “escultor”, llamado: Uchan Yax, el único conocido por el autor en Copán; este personaje podría haber sido uno de los maestros artesanos que tuvo bajo su cargo la creación de algunos de los monumentos de Waxaklajuun Ub’aah K’awiil, alcanzando una notoriedad suficiente como para ser mencionado en uno de los registros de su patrón y “mecenas, si bien la mención a un anab’ en Copán es muy rara, este título se conoce de la región occidental del área maya (i.e. Panel 3 de Piedras Negras) y parece identificar a un cortesano de status intermedio en la jerarquía de los nobles mayas cercanos al gobernante, aunque su papel y función siguen siendo desconocidos, pero se lo ha asociado con los escultores de los monumentos."

Terremoto

Resumen tomado del articulo escrito por David Stuart en 2001 publicado en www.mesoweb.com El Templo XVIII de Palenque alguna vez estuvo...